CRÓNICAS PARDAS (II)

CRÓNICAS PARDAS
Capítulo II: Magic, el encontronazo.



¿Por qué decido vender todas mis cartas y a la media hora me descubro pensando en si comprar una doble o dos fetch? ¿Por qué sigo yendo a los torneos a pagarles sus cartas a los pro? ¿Es cierto que en el Living Wall hay dibujada una vagina? ¿Es cierto que el Marilyn Manson era el amigo del de “Aquellos maravillosos años”? ¿Y el Bailys si le echas Cocacola se convierte en una plasta dura indigerible?
El autor sigue intentando responder a algunas de estas interrogantes.

Como señalaba anteriormente, nosotros empezamos con 4ª edición BN, en español, claro. Normalmente, cuando se es adolescente, y cándido, como era nuestro caso, eso de las reglas como que no hace falta que se asuman en su totalidad. Además, con 14 años uno ve claramente qué sobra y qué falta en cualquier reglamento, eso es sabido, como es sabido que si Richard Garfield te hubiera conocido, se habría dedicado al circuito profesional de tabas y canicas. Para ilustrar detallaré algún ejemplo:

-Confusión entre maná y tierras: si habéis intentado enseñar este juego a vuestras parejas, quizá sepáis de lo que hablo. Se produce una identificación entre el maná y las tierras, de modo que un símbolo de G quiere decir “bosque” en este nuevo sistema de equivalencias. Así pues, cuanto en nuestros inicios magiqueros girábamos un elfo, lo que hacíamos era poner un bosque en juego, así porque sí. Imaginaos un Ritual Siniestro: era prácticamente Good Game (gg).

-La regla petatierras: esto da casi vergüenza contarlo. Lejanamente relacionada con el problema de la confusión entre maná y tierras, se me ocurrió la idea de que cuando una criatura no era bloqueada, su controlador podía elegir no hacerle daño al oponente y destruir una de sus tierras. Era lógico, no sé por qué razón, pero así me lo parecía. Y todos lo aceptábamos (bueno, hubo un personaje que sabía que no se jugaba así, nos mataba y se reía de nosotros con otros conocidos a nuestras espaldas). De nuevo, una jugada como “primer turno: bosque, duendes voladores, vas” era gg.

-El “ante”: ¡jugámabos con “ante”! daba igual que fuésemos amigos de toda la vida, si te quitaban el tan apreciado Leviatán te jodías y te ibas a tu casa llorando.

-Jugadas memorables: en aquellos tiempos aciagos se podían presenciar jugadas como la siguiente:

Pardo1: Le echo un Animar a los Muertos a tu Hymn to Tourach
Pardo2: mmmm … bien ya veo, de modo que ahora me quito dos cartas, ¿no?

Eran otros tiempos: la Pesadilla era la carta más cara de la edición básica, el Icy Manipulator valía casi dos mil pesetas, la mejor estrategia imaginable era ponerle un Vínculo Vital a unos Jabalíes del Bosque Durk, las dobles estaban a talego (equivalente a 6 euros, para los más jóvenes) en el rastro, en el tipo II se jugaban las FoW, todavía quedaba alguien que jugara al rol, cambiar todas tus Magic por el manual del master de AD&D era una gran idea. En fin.

En el siguiente capítulo hablaré un poco más de Magic antes de pasarnos a frikeo no-cartas durante una pila de años (e incluso no-frikeo, directamente), antes de volver a la vorágine en la que nos encontramos en la actualidad.

1 comentarios:

  Pczin

4 de diciembre de 2008, 0:01

eso de mmmm no lo dije, simplemente me quite las dos cartas y las dos vidas.